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viernes, 23 de diciembre de 2016

La loca persecución de una conductor borracho por el interior del aeropuerto de Kazan

La noche del miércoles 21 de diciembre se presentaba tranquila en el aeropuerto de Kazan. Mientras en el exterior la nieve llegaba hasta el último rincón, con temperaturas bajo cero, en el interior había un reducido número de personas preparándose para cerrar una nueva jornada de trabajo. Aún no sabían que para ellos no había llegado el momento más alucinante del día, aunque estaba a punto de descubrirlo.
Alrededor de las 22:30 horas, un coche se saltó las vallas que rodean la instalación y se coló en las pistas del aeropuerto. La policía trató de detenerlo y pareció que lo había conseguido cuando arrinconó al vehículo justo al lado de la terminal.
Al volante iba una hombre de unos 40 años llamado Ruslan Nurtdinov, un expolicía que trabajó para el ministerio del Interior de Tartaristán, una república de la Federación de Rusia situada en el Distrito Federal del Volga, según apuntan los medios regionales.
Nurtdinov, que actualmente estaría dirigiendo una empresa de seguridad, se vio acorralado. Y bajo los efectos del alcohol y las drogas, tomó la decisión menos acertada. En vez de detenerse, presionó el pedal del gas y se empotró contra las puertas de cristal del aeropuerto de Kazan. A partir de ahí, se desató la locura.
Los sorprendidos policías y trabajadores quedaron paralizados al ver que el coche empezaba una loca carrera por los pasillo de la terminal. Esquivando sillas, basuras, personas, equipos de rayos X para maletas, cintas de equipaje y todo lo que se encontraba a su paso.
El conductor tomó peligrosas curvas, se coló por estrechas puertas, provocó el caos y destruyó mobiliario por valor de seis millones de rublos (unos 100.000 euros) mientras era perseguido por una decena de agentes que eran incapaces de detenerle.
Tras unos minutos de auténtica locura, Ruslan Nurtdinov esquivó una escalera y se encontró en un callejón sin salida. ¿Sin salida? No para él. Dio gas en una rampa y se empotró contra una grueso cristal. Parecía que todo había terminado cuando el conductor logró escapar de la terminal pese a que su coche estaba medio destrozado. No llegó mucho más lejos, ya que varios vehículos policiales le interceptaron en medio de las pistas.
El conductor fue sentenciado a 15 días de prisión por conducir bajo los efectos de narcóticos. Según la dirección de transporte del Distrito Federal del Volga, durante el arresto se encontraron 3,9 gramos de marihuana. El arrestado fue acusado de violar hasta 20 delitos administrativos por saltarse las normas de tráfico y otros dos por tráfico ilícito de drogas.

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