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sábado, 27 de diciembre de 2014

Cinco cámaras de 2014 a las que los móviles no pueden plantar cara

La industria de la fotografía no pasa precisamente por su mejor momento. La mejora de la calidad y prestaciones de las cámaras de los móviles tienen buena culpa de ello. Por eso, los fabricantes de tecnología fotográfica parecen estar centrados en lanzar productos que ofrezcan prestaciones que no puede alcanzar la cámara de ningún móvil, sobre todo en lo que respecta a lograr imágenes de calidad en toda clase de situaciones.
Pero esa no es la única razón para que alguien decida llevar una cámara encima, además de la de su teléfono. Para algunos puede ser importante que la máquina permita captar puntos de vista poco corrientes, que tenga un objetivo versátil y luminoso, que grabe vídeo con calidad profesional o que incluso tenga un diseño minimalista que invite a redescubrir la forma en la que hacemos fotos. Esas son algunas de las cualidades que ofrecen estas cinco cámaras que nos ha dejado 2014.

Una cámara de cine en el bolsillo

Panasonic Lumix LX-100. Esta máquina compacta es una de las más avanzadas, si no la que más, de las que actualmente podemos encontrar a la venta. Su punto fuerte es su enorme sensor de imagenMicro Cuatro Tercios de 12 megapíxeles. Una resolución comedida que, a cambio, le permite captar imágenes con un buen nivel de detalle, incluso con poca luz.
Otra de los aciertos de esta máquina es su objetivo, firmado por Leica. Este ofrece un rango de distancias focales que va de los 24 a los 75 mm, suficiente para hacer captar desde paisajes hasta retratos. También resulta importante destacar su gran luminosidad, pues su abertura mínima de diafragma oscila entre f/1.7 en 24mm y f/2.8 en 75mm.
Muchos también valorarán que esta cámara sea completamente híbrida, pues es tan válida para hacer fotos como para grabar vídeo. De hecho, es capaz de capturar imágenes en movimiento conresolución 4K, pudiendo ajustar completamente la grabación con controles manuales, lo que la convierte en una pequeña cámara de cine. Pero lo que resulta verdaderamente innovador es que todo esto quepa en un aparato que pesa menos de 400 gramos con la batería incorporada. Su precio está en torno a los 700 euros.

Reducida a la mínima expresión

Paper Shoot. Hace un par de años. durante una rueda de prensa de Ikea. la empresa entregó a los periodistas un kit que incluía una cámara digital de cartón, un aparato que, por su diseño extremadamente sencillo, despertó expectación en las redes sociales. Este año se ha comenzado a comercializar con cinco diseños diferentes, aunque Ikea no tiene nada que ver con ella.
La cámara Paper Shoot.
Esta cámara digital, reducida a la mínima expresión, viene desmontada y no cuenta con pantalla para ver las fotos de cinco megapíxeles que hace. Sus únicos controles son un interruptor que permite seleccionar cinco modos de color. Lo más divertido es que permite volver a experimentar la sensación de hacer fotos sin revisarlas en una pantalla, lo que puede ayudarnos a prestar atención a lo que nos rodea en lugar de a la propia cámara. Cuesta 60 euros.

Una máquina para noctámbulos

Sony A7s. Las cámaras con sensores de imagen cuyo tamaño es el mismo que el de un negativo clásico de 35mm cuentan con dos importantes ventajas: que proporcionan una mayor flexibilidad a la hora de enfocar únicamente un área y que su calidad de imagen suele ser superior a la de otras máquinas. Pero hasta hace poco estas cámaras eran pesadas como ladrillos y estaban reservadas a los fotógrafos profesionales.
Sony, con su serie A7, ha democratizado hasta cierto punto su uso, pues ofrece su modelo más básico por poco más de 1.000 euros. De los cuatro productos lanzados hasta la fecha el más exótico y, a nuestro juicio, más interesante es la A7s. Esta máquina, que puede disparar completamente en silencio al contar con un obturador electrónico, está pensada para hacer fotos y grabar vídeo con muy poca luz.
El comportamiento de su sensor de 12 megapíxeles, una resolución muy comedida para esta clase de cámaras, es sorprendente en escenas con poca luz. De hecho, la cámara es capaz de enfocar y captar imágenes prácticamente a oscuras. Entre otras características también dispone de un modo para grabar vídeo con resolución 4K, aunque para usar esa función necesitamos usar un accesorio externo que se vende aparte. Su precio oficial sin objetivo es de 2.398 euros.

Profesional pero de bolsillo

Canon G7 X. Esta cámara de Canon está especialmente bien preparada para los que desean llevar casi siempre una cámara encima pero la de su teléfono les parece demasiado limitada. Además, puede interactuar con cualquier móvil a través de su conexión WiFi. De hecho, incluso cuenta con un botón especialmente dedicado a eso.
Con un peso de 300 gramos y unas dimensiones que permiten llevarla en un bolsillo, esta Canon cuenta con un sensor de una pulgada de 20 megapíxeles. También equipa una de las cosas que más se echan en falta cuando hacemos fotografías con un móvil: un objetivo versátil.
Este componente cubre un rango de distancias focales que va de 24 a 100 mm. Su luminosidad máxima oscila entre f/1.8 y f/2.8. A la hora de grabar vídeo lo hace con resolución Full HD a 60fps, una tasa de fotogramas por segundo que dobla a la de la mayoría de cámaras. Esta característica permite ver mejor las escenas en las que hay movimientos bruscos.
Imagen de la GoPro.

Para buscar otro punto de vista

GoPro Hero4. Las GoPro tienen muchos años a sus espaldas pues, aunque parezca mentira, el primer modelo usaba carretes. Pero 2014 ha sido su gran año. También en el que la competencia se interesó por lanzar cámaras similares ante el éxito cosechado por esta empresa.
La nueva GoPro Hero4 Black incorpora novedades pensando en gran medida en los profesionales que usan estas máquinas, pues permite la grabación de vídeos con resolución 4K a 30fps, es capaz disparar fotografías en ráfagas de hasta 30 imágenes por segundo, dispone de mayor flexibilidad a la hora de ajustar los parámetros de la imagen y ha mejorado su tecnología para grabar audio.
GoPro también ha lanzado el modelo Hero4 Silver, que aunque no incorpora unas prestaciones tan avanzadas como las del modelo Black si dispone de algo que muchos estaban esperando en una GoPro: una pantalla. Pues hasta el lanzamiento de esta cámara la pantalla sólo se ofrecía como accesorio complementario. El modelo Black cuesta 480 euros, y 380 el modelo Silver.

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