Nueve minutos, dos goles, uno con la bota izquierda y otro con la derecha, ambas de color rosa. Luis Suárez tiene la puntería en perfecto estado de revista a escasos 11 días de que finalice su condena, castigado como está sin fútbol de verdad durante cuatro meses por el bocado a Giorgio Chiellini. De momento, se contenta como buenamente puede en los encuentros amistosos que ha disputado con el Barcelona y la selección uruguaya, con la que ha anotado un doblete en Omán y ha evidenciado que está la pista de despegue antes de su retorno a los encuentros con enjundia.
El goleador se mostró pícaro a la hora de marcharse de los defensas rivales en dos de las tres acciones que implicaron la victoria charrúa (0-3). Veloz con la camiseta celeste, tan ajustada que dejaba poco a la imaginación sobre su estado de forma, y contundente cuando rozaba el balón. Tras una primera parte para el olvido, en la segunda mostró sus cualidades. Su conexión con Rolán fue clave en la primera acción, cuando convirtió un balón largo en un gol en el que podría haber contado uno, dos y tres para enumerar desde la frontal el desmarque, el remate y la celebración. Nueve minutos después llegó el segundo, en una acción parecida aunque con una volea impecable que acabó por absorber al combativo rival.
No aguantó mucho más Luis Suárez, quien a los 75 minutos de juego ya hacía gestos con el sudor cayendo a chorro. Dos minutos después era sustituido, tras una notable actuación, preámbulo de días de gloria. El miércoles, el delantero recogerá en Barcelona su primera Bota de Oro, y heredará el galardón propiedad de Leo Messi el pasado curso. Un honor compartido con Cristiano Ronaldo, quien también celebró 31 dianas el pasado curso. El máximo goleador de la pasada temporada tendrá que aguardar hasta la medianoche del día 25 para que se levante la condena. Anochecer previo al clásico contra el Real Madrid. Luna llena del fútbol.
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