Edward Snowden,
el exanalista informático de la CIA que denunció el espionaje
electrónico masivo de Estados Unidos, ha podido por fin salir de la zona
de tránsito internacional del aeropuerto de Sheremétievo y entrar
oficialmente en territorio ruso. El filtrador estadounidense ha
abandonado la terminal aérea —donde se encontraba desde el 23 de junio
pasado, cuando llegó en vuelo procedente de Hong Kong y con la intención
de seguir viaje a La Habana—, después de que se le hiciera entrega de
los documentos rusos pertinentes.
Pocos saben dónde pasará Snowden su primera noche en Moscú, ya que se
desconoce su paradero exacto, que no se hará público. La razón es
sencilla: como ha dicho su abogado ruso, Anatoli Kucherena,
el informático norteamericano “es una de las personas más buscadas en
el mundo”. Kucherena ha agregado que Snowden se encuentra en “un lugar
seguro” y ha manifestado que él “intuye” dónde está, pero que no lo
puede decir por razones obvias. “Confío en que ustedes entenderán esto,
Snowden ha pedido que les dé las gracias a todos y espera ser
comprendido. Las cuestiones de seguridad son algo muy serio para él”, ha
afirmado el jurista.
Snowden ha obtenido de manos de su abogado ruso no solo los
documentos que le han permitido salir del aeropuerto de Sheremétievo,
sino también el que le otorga asilo temporal por un año. Con él, el
analista estadounidense puede teóricamente viajar con toda libertad por
el territorio de Rusia, es decir, que no necesariamente debe quedarse en
Moscú.
Snowden —que ha abandonado Sheremétievo junto con Sarah Harrison, la periodista de Wikileaks que lo ha acompañado desde Hong Kong—
ha permanecido casi mes y medio en la terminal aérea, muchísimo menos
que el individuo que ostenta el récord de vida en un aeropuerto, Mahrab
Karimi Nasseri. Este iraní estuvo 20 años en el parisino Charles de
Gaulle y su destino inspiró dos películas, la última, La terminal,
con Tom Hanks en el papel principal. Pero aunque esté muy lejos del
récord de Nasseri, pocas dudas caben de que más de un director querrá
rodar la aventura del filtrador de la CIA que se ha convertido en una
especie de hombre invisible. Griffin, el protagonista de la novela
homónima de Herbert George Wells, tuvo un final trágico y Snowden sabe
que debe ser muy cuidadoso para no terminar mal.
Su principal problema ahora será cómo abandonar Rusia sin que sus
perseguidores se enteren o cómo cambiar su estatus de refugiado temporal
por uno de residencia permanente.
En cualquier caso, su estancia en Rusia está condicionada a que abandone sus actividades contra Estados Unidos. Esta condición la puso el presidente ruso, Vladímir Putin, cuando dio a entender que el Kremlim estaría dispuesto a concederle asilo, y Snowden aseguró posteriormente que la cumpliría.
El Kremlin ha rechazado la petición enviada por Eric Holder, el
fiscal general de Estados Unidos, para que Rusia entregara a Snowden en
la que aseguraba que este no sería condenado a muerte. El haber obtenido
asilo temporal garantiza al analista que no será deportado, ya que este
estatus, de acuerdo con la ley rusa, impide que el interesado sea
devuelto contra su voluntad al país del que es ciudadano o al Estado
donde residía.
Snowden no tendrá problemas para ganarse la vida en Rusia. Al menos,
la red social rusa VKontakte, por boca de su director general Pável
Dúrov, ya le ofreció trabajo como programador. Si acepta, tendrá que
instalarse en la antigua capital imperial, a orillas del Nevá.
“Invitamos a Edward a San Petersburgo y estaremos felices si decide
sumarse al equipo estelar de programadores de VKontakte. Creo que para
Edward sería interesante trabajar en la defensa de los datos personales
de los millones de nuestros usuarios”, ha señalado Dúrov, quien ha
aplaudido que Snowden haya desenmascarado “los delitos de los servicios
secretos estadounidenses contra los ciudadanos de todo el mundo”.
Mientras tanto, la mayoría de los politólogos rusos consideran que las relaciones entre Moscú y Washington no sufrirán cambios sustanciales debido al otorgamiento de asilo
temporal al analista. “Pienso que EE UU, que está perdiendo esta guerra
de nervios, preferirá no agudizar las relaciones bilaterales y llevará
este problema al terreno de conversaciones confidenciales, tratando de
convencer poco a poco a Rusia que le entregue a Snowden”, ha declarado
Alexéi Mujin, director del Centro de Información Política. Alexéi Zudin,
del Centro de Coyuntura Política, ha señalado por su parte que esto era
algo “esperado” y que no debe causar “ninguna explosión ni quiebre”
entre Moscú y Washington.