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miércoles, 31 de julio de 2013

Preparativos de los 60 años del reinado de Isabel II.

Si este es el ensayo...imaginate lo q será el día de la celebración!!!!

El incendio en Mallorca deja un paisaje abrasado de 35 kilómetros

El poderoso paisaje de la sierra y la costa de la Tramontana de Mallorca ya no arde, pero ha quedado muy herido. La huella del fuego que ardió durante más de cuatro días alcanza un perímetro de entre 35 y 40 kilómetros lineales sobre el mapa, con 14 kilómetros de costa. Ayer el incendio quedó por fin estabilizado. El supuesto autor del fuego, Ignacio G. H., de 44 años, quedó en libertad, aunque imputado de un delito de incendio forestal por imprudencia grave.
Según los primeros cálculos, unas 2.000 hectáreas están afectadas por el paso devastador de las llamas, aunque existen espacios verdes en el interior que se salvaron. “Hasta las líneas de la carretera han desaparecido”, lamentó Tomeu Jover, alcalde de Estellencs, pueblo atacado por las lenguas ardientes de la zona norte, las más peligrosas. La villa fue desalojada dos días.
Anoche pasó a disposición judicial un vecino de Andratx, Ignacio G. H., de 44 años, que se declaró causante accidental del pavoroso siniestro ante la prensa y la Guardia Civil. En su declaración, aseguró que había diseminado las cenizas de una barbacoa del día anterior, que contenía brasas vivas ocultas. Dos días antes había sido detenido su hermano, debido a las distintas versiones dadas por los participantes en el asado, hecho sobre una carretilla metálica de obra.
La fiscalía pidió la prisión sin fianza para el imputado, pero el juez de guardia decidió dejarlo en libertad, sin fianza, con retirada del pasaporte y la obligación de comparecer cada semana.
El desastre ecológico, las imágenes del paisaje devastado, ha movido a la solidaridad y a la indignación ciudadana. Ayer, unas 2.000 personas se adhirieron en unas pocas horas a la campaña de regeneración de La Trapa, pequeño espacio natural privado y simbólico de la protección de la naturaleza, comprado en los años ochenta por los ecologistas del GOB (Grupo de Ornitología Balear) para evitar la urbanización. El fuego borró la totalidad del pinar incipiente de La Trapa, replantado tras otro voraz incendio en 1994.
“El peligro ahora es la pérdida de suelo, que la tierra vaya camino del mar con las primeras lluvias”, alertó Toni Muñoz, portavoz ecologista. Pero también hay quien confía en la sabiduría de la naturaleza, como Luis Berbiela, experto en gestión forestal, responsable de la Consejería de Medio Ambiente. Explica que el pino, al incendiarse, lanza sus semillas al suelo para que nazcan arbustos en meses. También las encinas renacen de sus troncos, si no se carbonizan, al igual que los acebuches y los centenarios olivos. Berbiela asume que pasarán entre 60 y 80 años hasta que los paisajes recobren su identidad perdida, pero augura que en dos décadas los pinares empezarán a recuperarse.
Además, tras el paso de las llamas, en muchos terrenos en pendiente rebrota el pasado: los bancales de piedras de los cultivos históricos que fueron abandonados e invadidos por los pinos. “El paisaje y la naturaleza en el Mediterráneo tiene una parte clara de contribución humana, del esfuerzo por ordenar espacio y retener tierras. Ahora se ve. La mano del hombre moldeó su entorno”, explica Berbiela.
Nadie resultó herido pero en los pueblos de montaña, Andratx, Sant Elm, S'Arracó, Estellencs y los cercanos de Esporles, Banyalbufar, Calvià y Puigpunyent. Pero los vecinos se consideran víctimas. Algunos se decían impactados por la amenaza dantesca sobre sus bienes, su paisaje vital y su seguridad personal. En especial, recordarán siempre el suceso los 250 vecinos de Estellencs (hasta 700 vecinos ocasionales) que durante dos días se vieron cercados por las llamas.
A lo largo de cinco jornadas la naturaleza ha perdido su identidad. Han quedado arrasadas cientos de hectáreas de pinares, con zonas de ejemplares de hasta 80 años, olivares seculares, alguna zona de preciado y escaso encinar; jardines privados, campos de cultivo y carrizales.
Hasta 29 medios aéreos y 450 personas combatieron el fuego, el mayor despliegue visto en Baleares para combatir el mayor siniestro de décadas. Hoy la Reina, de vacaciones en Marivent, acudirá con el Príncipe a Andratx a agradecer la tarea del gigantesco operativo.

La juez levanta el veto sobre los correos íntimos de Urdangarin

Una juez de Barcelona ha levantado las medidas cautelares que impedían a ocho medios de comunicación comentar correos electrónicos sobre la vida íntima de Iñaki Urdangarin. En un auto, la magistrada considera que el duque de Palma no ha "concretado suficientemente" las razones por las que debe limitarse el derecho a la información de los medios a los que Urdangarin denunció.
La decisión afecta a los medios de comunicación, pero no al exsocio del duque, Diego Torres. "Pese a que ha declarado que en la actualidad no tiene ningún correo y que nunca ha tenido intención de publicarlos, es evidente que dispone de los mismos", razona la juez. "Ha quedado acreditado y es notorio", sigue la resolución, que Torres puede "acceder" a los correos y distribuirlos a los medios de comunicación, por lo que, "en prevención de que pudiera decidir filtrarlos", ha decidido mantenerle la medida cautelar.
También pidió a la juez que les prohibiera difundir correos sobre su vida íntima, así como hacer comentarios de los mismos
Urdangarin interpuso una demanda contra Torres y contra diversos grupos mediáticos por haber vulnerado su derecho al honor: dos diarios (El Mundo y El Economista); un portal de noticias (El Semanal Digital); tres revistas (Semana, Vanitatis y Pronto); y una televisión (Tele 5), además del propio Torres. Y pidió a la juez que les prohibiera difundir correos sobre su vida íntima, así como hacer comentarios de los mismos. La magistrada le concedió las medidas cautelares con el argumento de que el yerno del Rey es, en cuanto a su vida privada, "un particular como otro cualquiera, con derecho a un ámbito reservado de su vida”.
Los medios afectados y Torres se opusieron

El último asalto de Berlusconi

Los jueces que condenaron en primera y segunda instancia a Silvio Berlusconi por el caso Mediaset —fraude fiscal en la compra de derechos televisivos— coincidieron en que el político y magnate tiene “propensión a cometer delitos”. Si el Tribunal Supremo confirma ahora las sentencias idénticas —cuatro años de cárcel y cinco de inhabilitación—, la carrera política del tres veces primer ministro italiano habrá llegado a su fin. El líder del centroderecha ha hecho todo lo posible en los últimos meses para, por las buenas o por las malas, canjear su apoyo al Gobierno de Enrico Letta por un salvoconducto que lo protegiese de los jueces, pero no parece haberlo logrado. Su equipo de abogados batalla a la desesperada por evitar la condena mientras su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), amenaza con incendiar de nuevo la política italiana.
La condena en segunda instancia fue dictada por el Tribunal de Apelación de Milán el pasado 8 de mayo. Se consideraba probado que el grupo audiovisual Mediaset evadió al fisco alrededor de siete millones de euros —que envió a cuentas en el extranjero— procedentes de los derechos de transmisión de películas estadounidenses entre 2002 y 2003. Si bien la pena de cuatro años de prisión se quedaría en uno por la llamada ley del indulto y además podría ser descontada en arresto domiciliario o mediante trabajos a favor de la comunidad, la inhabilitación a cinco años sí supondría, de facto, el adiós de Berlusconi a la política activa. En teoría, Berlusconi tendría que dejar su puesto de senador, no podría presentarse a las elecciones ni liderar un partido que sin él está abocado al fracaso. Pero eso solo es la teoría. La práctica suele ser más complicada, sobre todo en Italia. Hay que tener en cuenta que, en caso de condena, el Parlamento tendría que dar su aprobación, mediante votación secreta, para que se cumpliera la sentencia. Y no hay que echar en saco roto la capacidad de Berlusconi, y de su poderío político y económico, para cambiar el curso de las votaciones.
En cualquier caso, en Roma se vive con pasión —y bajo un calor asfixiante— la última batalla de Il Cavaliere. Sin minusvalorar la capacidad italiana para encontrar salidas donde no las hay, las opciones que baraja la defensa son las siguientes. El Tribunal Supremo podría absolver a Berlusconi o decidir que el proceso se repitiese. También existe la posibilidad de que se confirmara el año de cárcel —que en ningún caso tendría que cumplir dada su edad, 76 años—, pero que al mismo tiempo se rebajara el periodo de inhabilitación para ejercer cargo público. La tercera opción sería aprovechar un hipotético aplazamiento de la vista para ensayar otras estrategias y lograr, de camino, una composición del tribunal más favorable a Berlusconi. La ira del magnate se desató hace unas semanas cuando el Tribunal Supremo decidió adelantar al 30 de julio la vista definitiva sobre el caso Mediaset. Los magistrados intentaban de esta forma que parte de los delitos que se juzgan no prescribiesen durante el verano, dado que el proceso se remonta a siete años atrás, pero Berlusconi —que esperaba tener más tiempo para armar su defensa— lo atribuyó una vez más al intento desesperado de “los jueces comunistas” por conseguir en los tribunales lo que los candidatos de la izquierda no logran en las urnas. “Me quieren apartar de la política a toda costa, pero si caigo yo, cae también el Gobierno”, es el estribillo que su círculo más cercano puso en un primer momento en la boca del magnate.
Gracias a una ensalada de leyes diseñadas a su medida, delitos prescritos, amnistías, sentencias recurridas y testigos agradecidos a su poderosa chequera, Silvio Berlusconi se las viene ingeniando para evitar una condena definitiva. La sombra del magnate ha aparecido en los últimos años alrededor de asuntos gravísimos relacionados con la Mafia, la inducción a la prostitución de menores, las comisiones ilegales o los fraudes económicos, pero el viejo zorro de la política italiana —auxiliado por su gran imperio mediático— ha conseguido inocular en los votantes de centroderecha una ecuación perversa: cuando sale absuelto, los medios de su propiedad lo hacen aparecer como un inocente perseguido por la justicia; si resulta condenado, el retrato es idéntico: no se le juzga por los hechos, sino por su perfil político. Ahora, en cambio, la situación parece haber llegado a un punto de no retorno.