“Al principio no me llamó la atención haber grabado a un mosso
disparando porque es algo habitual en las manifestaciones”. Quien lo
dice es Jordi Escofet, el autor del vídeo que ha dejado en evidencia a Felip Puig y los Mossos d‘Esquadra. El periodista, de 36 años y colaborador de Solidaritat i Comunicació (Sicom)
contactó con el presidente de la organización la misma noche de la
manifestación para comunicarle, como hace habitualmente, el material que
había registrado en la cinta de su ya obsoleta (“descatalogada”, dice
él) Canon XM2.
El colectivo todavía tardó dos días en subir el vídeo en su canal de YouTube
y solo tomó conciencia de la gravedad de lo que ahí se mostraba cuando
Ester Quintana, la mujer de 42 años que perdió el ojo izquierdo aquel
día, aseguró haber sido víctima de un disparo de un agente
antidisturbios en una zona muy cercana a la que se ve en la grabación. Y
todavía faltaba la intervención pública del consejero de Interior: “El
lunes pasado, cuando escuchamos a Felip Puig mentir en el Parlament
y contradecir algo que teníamos grabado, registramos una subida
considerable en las visitas al vídeo”, comenta Pep Cabayol, presidente
de Sicom.
Cabayol dice sentirse “orgulloso de haber conseguido dar a conocer la
verdad” y, cómo no, de haber catapultado la imagen pública de su
organización: “Es la primera vez que uno de nuestros vídeos tiene una
repercusión mediática como esta”, asegura el máximo responsable de un
colectivo de 15 periodistas y varios reporteros freelance dedicado a denunciar los efectos de la crisis a lo largo de los más de 700 vídeos que han grabado desde 1995.
La organización nació con el cometido de “fomentar la cooperación y
la solidaridad”, pero desde el inicio de la crisis económica, explica
Cabayol, el grupo “se ha centrado” más en temas locales: “En todas las
manifestaciones a las que vamos intentamos buscar situaciones donde se
vulneren las normas democráticas de funcionamiento. No solo por parte de
la policía, sino de los dos bandos”.
El día de la huelga general, Jordi Escofet acabó “reventado”. Tras
pasar “la mañana entera” encerrado en una sucursal bancaria de Mataró
junto a unos iaioflautas que lograron paralizar el desahucio de una
familia, se pasó la tarde entera (hasta medianoche, asegura) recorriendo
las principales arterias de Barcelona en busca de lo que finalmente
registró: “En la grabación se ve claramente que el mosso está disparando
con una lanzadera”, dice Escofet, para nada ajeno a los procederes y
equipamiento de las fuerzas policiales: “En las manifestaciones usan
escopetas de pelotas de goma, que son alargadas y con un sonido muy
fuerte, o lanzadoras, que son bastante más cortas y al disparar producen
un ruido seco y metálico”.
Escofet aclara que sus vídeos “siempre respetan el orden cronológico
de los hechos”. El 14 de noviembre, grabó a Quintana, ya lesionada,
siendo atendida por una patrulla de la Guardia Urbana. “Llegó un punto
que un compañero de Ester me pidió que apagara la cámara, pero yo seguí
grabando con respeto”. Paradójicamente, menos de 10 minutos después,
Escofet grabó una de las pruebas fundamentales a la que se agarrarán los
abogados de Quintana para fundamentar la querella que el jueves interpuso contra el agente que le disparó y contra el responsable de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra.
Escofet ya entrevistó en mayo del año pasado a Nicola Tanno, un joven
italiano que perdió un ojo durante la celebración del Mundial de
Sudáfrica en Barcelona debido al impacto de una pelota de goma disparada
por los Mossos d’Esquadra: “Siempre intento grabar durante mucho tiempo
y a los dos bandos para ser lo más objetivo posible. Es un tema que
sigo desde hace bastante tiempo”.
También estuvo presente en la huelga general del 29 de marzo, donde
grabó un vídeo donde se ve la actuación de unos policías secretas
vestidos de antisistema que ya sobrepasa las 36.000 visitas.
La organización para la que colabora fue una de las impulsoras de la
fundación, en septiembre de 2010, de la plataforma Stop Balas de Goma.
Cataluña ha registrado hasta siete traumatismos oculares desde 2009
ocasionados por proyectiles disparados por antidisturbios.