Dormir en una celda (de diseño), con barrotes en las ventanas y
pijama a rayas incluidos, o alojarse en una habitación submarina. Los 10
hoteles más extravagantes del mundo proponen desde una velada romántica
para dos subidos a una vieja grúa portuaria o reservar una suite en la cabina de un Boeing 747-200.
01 Una noche entre rejas
Hotel Alcatraz, Kaiserslautern (Alemania) y Londres
Un inodoro al lado de una estrecha cama, fuertes barrotes de acero y
un pijama a rayas son algunas de las cosas que los huéspedes encontrarán
en su habitación en el Hotel Alcatraz, en Kaiserslautern, al oeste de
Alemania. Este alojamiento ocupa la que fue una de las prisiones más
famosas del país, tiene 56 habitaciones con barras en las ventanas y
está rodeado por alambres de púas. Además, ofrece un curioso servicio de
transporte: en furgón blindado. En el hotel Alcatraz los huéspedes son
recibidos como delincuentes y quedan condenados a disfrutar de una copa
entre rejas. Sentirse como un verdadero preso cuesta 70 dólares la
noche.
En Londres hay otro hotel Alcatraz de características todavía más
duras, donde los huéspedes son prisioneros y a las 23.45 las luces se
apagan. Las habitaciones son celdas de un metro y medio por tres y
tienen un camastro, un váter, un lavabo y dos estanterías. En lugar de
empleados hay actores disfrazados de guardias (a los que hay que llamar
Señor) y los huéspedes tienen que llevar uniforme y son fotografiados de
frente y de perfil al llegar. La cena se sirve en bandejas de metal.
¡Cómo para no dormir!
02 La cabeza en Francia
Arbez Hotel, La Cure (frontera franco-suiza)
Gracias a su ubicación entre la frontera franco-suiza, el hotel Arbez
permite a la gente dormir, literalmente, con la cabeza en Francia y los
pies en Suiza. Probablemente es el único hotel transfronterizo en
Europa. Jules Joseph Arbez y un lugarteniente de la resistencia fueron
los directores de este curioso hotel que por un accidente de la historia
está en dos países. Durante la Segunda Guerra Mundial los soldados
americanos y británicos lo utilizaron para cruzar hacia la neutral Suiza
y así estar a salvo a través del hotel. Charles de Gaulle fue el primer
ciudadano de honor de este minúsculo “principado”. Es un lugar perfecto
para disfrutar de los encantos de la región, el Alto Jura.
03 A la cama, remando
Utter Inn, lago Mälaren, Vasteras (Suecia)
Aunque desde la costa no parece un lugar impresionante, esta casita
roja en mitad del lago Mälaren, cerca de Estocolmo, esconde un secreto:
una habitación bajo el agua, a tres metros de profundidad y a un
kilómetro de la costa. Para llegar hasta este idílico enclave, el hotel
pone a disposición del cliente una barca de remos para navegar por el
lago.
Este proyecto del sueco Mikael Genberg se llama Utter Inn
(utter en sueco significa nutria) y fue construido en el año 2000. Por
un pequeño coste adicional, el propietario ofrece cena a los huéspedes
pero la mayoría se preparan ellos mismos la comida. La vista del lago
espectacular y la experiencia (sobre todo en verano), única.
04 Dormir con ostalgie
Ostel, Berlín
Una oportunidad para dormir al más puro estilo RDA en un verdadero plattenbau
(edificio prefabricado típico), original de la antigua Alemania
Oriental. Aquí vuelve a estar de moda todo lo que recuerda a los viejos
tiempos (los setenta, los ochenta), cuando estaban al otro lado del telón de acero.
En esa línea encontramos este albergue comunista retro, en el que uno
tiene la sensación de que el tiempo no ha pasado. Tiene 30 habitaciones
amplias y bastante cómodas decoradas con papeles pintados de dibujos
imposibles, cómodas estilo retro y muebles clásicos de la época como la
pared-armario Karat. Está a solo unos minutos a pie de Alexanderplatz,
en el barrio berlinés de Friedrichtain. Por si fuera poco, desde este
albergue se organizan visitas por Berlín en un Trabant, el coche más
popular en los tiempos de la RDA.
05 Un nido de amor por todo lo alto
Hotel Crane, Harlingen (Holanda)
¿Qué te parece dormir por los aires? ¿Cómo sería pasar una noche en una grúa? Esa es la grandiosa idea que ofrece el hotel Crane
en el puerto de Harlingen, en Holanda, que ha convertido una antigua
grúa de muelle en un cómodo nidito de lujo para dos. La grúa es de los
años sesenta y estuvo en activo hasta 2001. Tras ser restaurada, comenzó
a funcionar como alojamiento en 2003, gracias a una obra de arte de la
ingeniería: se han sustituido las escaleras de acceso por un ascensor
interno y la antigua sala de máquinas, en el cuerpo de la grúa, es una
lujosa habitación propia de un hotel de diseño.
Los encargados de este curioso alojamiento han mantenido las ventanas
de observación y la sensación industrial, pero añadiendo mucha calidez y
comodidad: televisión de pantalla plana, un buen equipo de audio y,
además, por arte de magia, un desayuno fantástico que llega cada mañana a
través del ascensor. Las vistas del puerto son excepcionales, pero el
plato fuerte del hotel es que podemos manejar los mandos y girar la
habitación 360° en la dirección que uno quiera. Para muchos será hacer
realidad un sueño infantil, ¿o no?
06 En una barcaza arrocera
Imperial Boat House Hotel, Tailandia
Quienes fantaseen con dormir en un barco sin marearse, encontrarán la
respuesta en el Imperial Boat House Hotel de la isla tailandesa de Ko
Samui. EL concepto de este hotel surgió al comprar decenas de barcazas
arroceras, que fueron transportadas a tierra firme y convertidas en
casas de lujo. Todas las embarcaciones poseen madera de teca reluciente y
todos los lujos necesarios para la vida (casi) en el mar. Si se añora
el agua salada siempre se puede dar un paseo hasta la cercana playa de
Choeng Mon. Los más exquisitos pueden reservar una barcaza privada de
casi cien metros cuadrados. El hotel está a cinco minutos en taxi del
aeropuerto Internacional de Ko Samui.
07 Un hotel muy leído
Library Hotel, Nueva York
En Midtown Manhattan, en el centro de la isla, hay un hotel que ningún amante de los libros debería perderse. El hotel biblioteca
está inspirado en los libros, pero la temática que lo inspiró no es el
mundo literario, sino las bibliotecas: cada una de las 10 plantas de
este hotel es un homenaje al sistema decimal de Dewey (método utilizado
en bibliotecas de todo el mundo para clasificar los libros).
Cada una de las 60 habitaciones está decorada con una colección de
libros y arte en torno a un tema distinto dentro de la categoría a la
que pertenece; por ejemplo, la octava planta (literatura) cuenta con
habitaciones dedicadas al goce de la poesía y de la literatura erótica,
mientras que la décima, muy tranquila, está dedicada a la informática.
Los huéspedes pueden relajarse después de ver la ciudad leyendo
cualquiera de los más de 6000 títulos que adornan el hotel.
08 La típica casa en el árbol
Kadir’s Tree House Hotel, Turquía
Entre los pinos y laureles que coronan el valle Olimpo, en el sur de
Turquía, se encuentra una versión para adultos de una clásica fantasía
infantil: una casa sobre un árbol. Kadir’s Tree House
es un conjunto de cabañas entre las ramas, con cabinas posadas sobre
grandes troncos. Algunas tienen un ambiente rústico asombrosamente
realista, esa clase de estilo en ruinas que puede poner nervioso a más
de uno a semejante altura, aunque según los comentarios recibidos de
viajeros son igual de seguras que una casa en tierra firme. El único
inconveniente es la falta de intimidad, ya que tienen capacidad para 300
huéspedes. Kadir’s solo acepta clientes con reserva y la estancia
mínima es de tres noches; alojarse en una de sus 85 habitaciones cuesta
algo menos de 100 dólares por noche.
09 Hotel de supervivencia
Survival Pod Hotel, La Haya (Holanda)
Los hoteles cápsula no son exclusivos de Japón: se pueden encontrar
también en Europa, aunque son algo diferentes. El Survival Pod Hotel
consta de varias cápsulas de color naranja ancladas en el paseo de
Scheveningen, cerca de La Haya. Cuestan entre 100 y 200 dólares y
algunas solo incluyen un saco de dormir… pero hay gente para todo. Se
trata de una propuesta original creada como proyecto artístico en 2004.
Su propietario, Denis Oudendijk, ha desarrollado diversos modelos y está
trabajando en otros puntos en el centro de Ámsterdam, Bélgica y Nantes,
en Francia.
Las habitaciones, brillantes y naranjas, son antiguas cápsulas que
estuvieron en servicio en una plataforma petrolera, allá por los años
setenta. Sólo tienen 4,25 metros de diámetro y están tal cual. Lo único
que le han añadido es un sistema de seguridad para bloquear la entrada y
en el interior, un WC químico. Muy lujosas no son, pero caben tres
personas y es una experiencia diferente. El “paquete de supervivencia
básica” incluye un saco de dormir y raciones de emergencia, y te puedes
sentir casi como James Bond escapándote en la escena final de La espía que me amó". El paquete de lujo incluye un reproductor de DVD con todas las películas de 007.
10 A punto de despegar
Jumbo Hotel, Estocolmo
En casi todos los listados de alojamientos curiosos aparece el Jumbo
Hotel, un Boeing 747-200 de dos pisos ubicado en el aeropuerto
internacional de Estocolmo y convertido en un magnífico hotel desde
2009. Cuenta con 25 habitaciones de diferentes categorías y algunas suites,
una de ellas en la cabina, dotadas con baño privado y con vista hacia
las pistas del aeropuerto de Arlanda. Por supuesto, no falta una
cafetería, en el segundo piso. La mayoría de las habitaciones tienen
baños y duchas compartidas, solo las suites de la parte
superior tienen más intimidad. Todas tienen aire acondicionado, wifi y
televisión. Cada habitación tiene espacio para tres camas.