Sus señorías franceses le han declarado la guerra a la mala
alimentación. Acaban de aumentar el impuesto sobre las bebidas
energéticas, por aquello de que su combinado nocturno incita a los
jóvenes a beber más alcohol. También se ha penalizado la cerveza por
razones similares y el año pasado fueron los refrescos azucarados,
fuente calórica, las víctimas del fisco. Ahora las balas se dirigen
contra la popular Nutella.
El Senado francés acaba de presentar una enmienda bautizada como "enmienda Nutella" o "tasa Nutella" que incrementará el precio de este producto
tan popular entre niños y mayores. En realidad lo que los senadores
quieren castigar es la utilización del aceite de palma, considerado
nocivo para la salud, en la fabricación de los productos destinados al
consumo. A partir de ahora habrá que medirse a la hora de untar la
tostada o se pagará caro el exceso.
Según Yves Daudigny, el socialista promotor de la iniciativa, estas grasas "se usan de manera excesiva en la restauración colectiva
y en la industria agroalimentaria". Este 'peligroso' ingrediente es uno
de los componentes del delicioso chocolate, pero se usa también en la
elaboración de otros productos salados o dulces destinados a los niños y
está presente en el picoteo que acompaña los refrescos energéticos
-también dañinos- a la hora del aperitivo.
Los galos, demasiado 'grasientos'
Por eso, aunque en la intimidad doméstica muchos rebañen el bote, los políticos quieren aumentar un 300% el actual impuesto
que ya se aplica sobre este aceite. Según la Agencia Nacional de
Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el Medio Ambiente y el Trabajo
(Anses), la población francesa consume demasiados ácidos grasos
saturados, que, aunque deliciosos, contribuyen a la obesidad y favorecen
las enfermedades cardiovasculares.
Según los políticos, el alza impositiva no es un castigo a los
golosos consumidores, sino "una señal a las industrias agroalimentarias
para que sustituyan estos aceites por otros compuestos más respetuosos
para la salud humana", señala el autor de la enmienda. Francia, donde
hay poca producción de aceite de oliva y la mayoría se importa, consume
126.000 toneladas de aceite de palma a través de estos ricos productos.
Dos kilos por habitante y por año.
El aumento supondrá una contribución adicional de 300 euros por
tonelada. La tasa especial que ya grava estas grasas es de 98 euros por
tonelada en el caso del aceite de palma, aunque también grava otros
vegetales. La enmienda permitirá al estado ingresar 40 millones de euros.
"Es matemático: si el impuesto se eleva, los precios de estos productos
aumentarán", denunció Jean René Buisson, presidente de la Asociación
Nacional de Industrias Agroalimentarias (Ania).
'¿Por qué no tasar el vinagre de zanahoria?'
La enmienda se ha introducido en la Ley de Financiación de la
Seguridad Social, una norma repleta de flecos que castigan la mala
alimentación, como son la citada tasa sobre las bebidas energéticas o el
aumento del impuesto cervecero. Así, el que a media tarde opte por una
merienda compuesta por una bebida energética o una cerveza y un trozo de
pan con Nutella tendrá que pagar doble su golosa tentación.
"Nosotros no somos la variable de ajuste de todos los problemas
económicos del país", denunció Jean René Buisson, quien defendió que
todos los productos autorizados para el consumo son buenos para la salud
"si se consumen razonablemente". Sí a pequeñas dosis, no es cuestión de
hincharse a Nutella. "Si es peligrosos para la salud, por qué no se
prohibe?", criticó.
Según el representante de los comerciantes, el año pasado la industria agroalimentaria ya se dejó 800 millones de euros en tasas
diversas sobre alimentos considerados nocivos, cuando es uno de los
sectores que "no deslocaliza sus fábricas y que mantiene los empleos en
Francia". "Este año seguimos (gravando), primero la cerveza y ahora el
aceite de palma, ¿por qué no se tasa también el vinagre de zanahoria?",
protestó.