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miércoles, 15 de julio de 2009

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Comida: unos especiales de mortadela para reponer energías.

Agua: pedalear da más sed que el desierto a los camellos de los Reyes Magos.

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Domingo 19 de Julio hora 9.30 desde el C.C. Santa Eugenia - Girona



Tomás de Torquemada: un asesino al servicio de la Iglesia Católica


Tomás de Torquemada O.P. (Valladolid, 1420 - Ávila, 16 de septiembre de 1498) fue el Inquisidor General de Castilla y Aragón en el siglo XV y confesor de la reina Isabel la Católica. Gran artífice del Edicto de Granada, que ordenó la proscripción de todos los judíos de España para el 2 de agosto de 1492. En 1493 se retiró al convento de Santo Tomás de la ciudad de Ávila donde acaecería su muerte cinco años más tarde.

Se formó desde muy joven como dominico en el Convento de San Pablo en Valladolid. Se considera que pudo haber tenido ascendencia judía.Hernando del Pulgar, historiador de la época, al escribir acerca de Juan de Torquemada —tío del inquisidor—, dijo que su ancestro Álvar Fernández de Torquemada se había casado con una judía conversa de primera generación.

Tras ser destacado en sus servicios como monje y erudito, Torquemada fue nombrado Inquisidor General en 1482 por Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, entonces gobernantes del joven reino de España. La extensión de su poder sobre España fue facilitada por el asesinato del Inquisidor Pedro de Arbués en 1485 en Zaragoza, atribuido a una banda de «herejes» y judíos; y por el supuesto asesinato ritual del así llamado Santo Niño de La Guardia en 1491, también atribuido a una banda de judíos. En 1492 Torquemada fue uno de los propulsores de la expulsión masiva de los judíos de España. Torquemada es tal vez mejor recordado como una figura del mito y propaganda anticatólica que como una figura de historia seria. Sin embargo, existe documentación que evidencia que él y la Inquisición española son considerados responsables de actos de injusticia y sufrimiento, realizados mediante el uso de torturas, denuncias anónimas y ejecución por fuego en el así llamado «auto de fe» o «acto de fe» por el que sometían a los supuestos herejes y otros.

Torquemada creció en Valladolid y, al igual que su tío (el cardenal Juan de Torquemada) se hizo fraile dominico. Era aún joven cuando fue enviado a ser prior en el Monasterio de Santa Cruz en Segovia, donde fue nombrado confesor de la princesa Isabel, heredera de Castilla. Fue coronada en 1473 y Torquemada llegó a ser el primer Inquisidor General de España una década más tarde. Existe muy poca información sobre la vida personal de Torquemada, que ha sido objeto de numerosas especulaciones.

El cronista español de esa época, Sebastián de Olmedo, lo llamó «el martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su país, el honor de su orden». El nombre de Torquemada, como parte de la leyenda negra de la Inquisición española, se ha convertido en un apodo para la crueldad y el fanatismo al servicio de la religión.

La Inquisición tocó la vida de cada individuo en España con minuciosidad rara vez igualada con anterioridad al siglo XX. Cualquier persona sobre la edad de 12 años (para niñas) y 14 (para niños) era completamente responsable para la Inquisición. Los «herejes» (cualquier persona que no comulgara con las ideas católicas) y los conversos (que se convertían en católicos para evitar la persecución) fueron los principales objetivos, pero quienquiera que osara hablar en contra de la Inquisición era considerado sospechoso. Para evitar la propagación de las «herejías», Torquemada, al igual que se hacía en toda Europa, promovió la quema de literatura no católica, en particular bibliotecas judías y árabes.

Juan Antonio Llorente, primer historiador del Santo Oficio, asegura que durante su mandato fueron quemadas más de 10.000 personas y otras 27.000 sufrieron penas infamantes, aunque investigadores como Gams o Hefele hablan sobre lo exagerado de estas cifras. Su retrato, en la tabla de la Virgen de los Reyes Católicos, nos presenta un rostro de facciones correctas muy distinto al del gángster macizo y sombrío, de ojos hundidos y labios apretados, que imaginaron los ilustradores románticos.

Rivera el primer presidente genocida y terrorista de estado uruguayo


Una de las zonas urticantes de la historia nacional, sobre la cual se pasa a menudo a toda carrera, y eso en el mejor de los casos, pues el silencio ha sido la norma, es la que atañe a los sucesos del año 1831, relacionados con la matanza y destribalización de los charrúas.
Los hechos de aquel entonces han sido interpretados, ya como una cruel necesidad, ya como una inútil carnicería. Los admiradores y los enemigos políticos de la figura del General Fructuoso Rivera han contemplado el episodio de Salsipuedes a la luz de los intereses partidarios que, a partir de aquel entonces -el enfrentamiento entre los latentes idearios de los futuros blancos y colorados- se han proyectado a lo largo de todo el acontecer nacional y a cuyo influjo no han podido escapar las evocaciones contemporáneas.

De todos modos, los archivos demuestran que en el caso del exterminio de los charrúas no puede atribuirse al brazo ejecutor la responsabilidad total del hecho. Todos los integrantes de la población criolla apoyaban explícita o tácitamente la desaparición de los aborígenes. Rivera fue solamente el gatillo de un arma cargada desde mucho tiempo atrás.

Pero el tema de Salsipuedes sigue siendo fértil, porque es polémico por una punta y dialéctico por la otra. Los criollistas, atentos a los argumentos de quienes procuraban pacificar la campaña y velar por la buena marcha de las estancias, aprueban las extremas medidas llevadas a cabo por Fructuoso Rivera en Salsipuedes y por Bernabé Rivera en Mataojo.

Contemplado el tema desde un punto de vista pragmático, al margen de los afectos o desafectos que puedan suscitar sus protagonistas, es fácil advertir que, tanto en la historia mundial como en la americana, al producirse el choque de los pueblos civilizados del Occidente con las naciones "bárbaras" o "salvajes", los triunfadores fueron los mejor armados y organizados, lo cual no significa que hayan sido superiores a los vencidos en el orden de las virtudes morales. El destino de los charrúas estaba sellado desde el momento que desembarcaron en América los contingentes hispánicos. La mayoría de los pueblos indígenas fueron rápidamente doblegados por la invasión del Occidente. Otros, como nuestros indígenas, combatieron durante tres siglos contra los ejércitos coloniales antes de ser destruidos por los ejércitos republicanos.

El estado de la campaña en 1830

Cuando nuestro país asoma a la independencia política y se constituye como Estado en los establecimientos ganaderos situados al norte del río Negro reinaba una situación caótica. Cuereadores clandestinos, cuatreros y melenudos forajidos sin otra ley que la de sus cuchillos, no le iban en zaga a los charrúas, quienes, en constantes correrías tras los ganados "ajenos", que ellos suponían propios, sobresaltaban con sus galopes, robos y golpes de mano a los estancieros y sus peonadas.

Rondeau y Lucas Obes advierten en enero de 1830 que debe ponerse coto a "los perversos que hacen la guerra constantemente a los ganados", cuyas fecharías provocan "el clamor penetrante de aquella parte del vecindario que tanto ha merecido de la Patria por sus esfuerzos en la lucha contra el Brasil". En consecuencia. el gobierno debe asegurar "a cada ciudadano la más tranquila fruición de sus propiedades", lo que requiere, de antemano, acabar "con las gavillas" que las devastan. Del mismo modo se propone saber "cuál es la situación de los salvajes llamados charrúas" y averiguar si "es cierto que en sus tolderías se hallan un número considerable de vagos y desertores". Esta providencia señalaba al General Rivera como el encargado de llevar a cabo estas tareas previas a un arreglo general de los campos, a los efectos de su pacificación definitiva.

Al igual que Rondeau y Lucas Obes, un mes después, en febrero de 1830 Juan Antonio Lavalleja comunica al Comandante General de armas, Brigadier GeneralFructuoso Riveraque, con relación a los excesos cometidos por los Charrúas", hay que proceder con mano de hierro.

Y de imnediato recomienda "altamente al Señor General la más pronta diligencia en la conclusión de este asunto, en el que tanto se interesa el bien general de los habitantes de la Campaña". El tono de esta comunicación no da lugar a dudas: el tiempo de los charrúas toca a su fin. Las figuras prominentes de los gobiernos que se sucederán de aquí en adelante serán solidarias en cuanto a las responsabilidades generadas por el exterminio de aquellos soliviantados indígenas.

Las razones del indio y las del pobre suenan -la historia lo demuestra- como campanas de palo. Si bien los ganados que poblaban las enormes estancias, que durante el coloniaje se llamaban "los inconmensurables", alcanzaban para el abastecimiento de todos, aunque la lucha contra el Brasil los había raleado intensamente, dicho argumento no tenía validez jurídica. El derecho de los propietarios de la tierra y sus escasos servidores primaba sobre las necesidades de alimentación y supervivencia de los antiguos dueños del país, condenados al exilio en su propio reino. Esa era la ley impuesta por el hombre blanco y se haría respetar a sangre y fuego, como efectivamente sucedió. Suponer otras conductas es totalmente irreal: la razón de Estado, antes y después de Maquiavelo ha sido inflexible, no importa si justa o injusta.

La fuente del derecho es el poder, y eso lo supieron juristas como Kelsen o políticos como Napoleón, Lenin o De Gaulle.

Los gauchos

Cuando Rivera asume en 1830 la presidencia de nuestro país las estancias cimarronas estaban en crisis. Ladrones de cuero y ganado de todos los pelos se habían adueñado del país interior….

Rivera, ya Presidente, abandona Montevideo, delega el poder, y parte tras los bandoleros y los indios. A los primeros, los "gauchos", como se dice en los partes de guerra del propio Garzón, se les redujo, se les quitó los productos de las proficuas cuereadas, se les metió en el cepo y en el calabozo, pero la sangre no llegó al río. A los charrúas, en cambio, se les condenó a la muerte física y a la muerte cultural, más terrible aun que aquella.

Rivera, su sobrino Bernabé, el general Laguna y otros jefes se mueven con sigilo. No es posible luchar frontalmente contra los quinientos charrúas que se diseminaban aun al norte del río Negro. Todavía son temibles enemigos los remanentes de una etnia ayer soberbia y por ese entonces acosada, degradada y debilitada por el contacto con los vicios y enfermedades del hombre blanco, aunque dueña del espacio de los galopes y la estrategia de la supervivencia en un medio cada vez más hostil. Rivera se desplaza como un zorro cauteloso, al par que utiliza un doble discurso, como ahora se dice. Hay que prometerles a los indios el retorno al Paraíso Perdido del área riograndense. Luego es menester reunirlos sin que sospechen las intenciones de los promeseros y a continuación distraerles, ernborracharlos y, mediante un ataque fulminante, acabar con los caciques y los guerreros jóvenes.

Sobre la acción de Salsipuedes, acaecida en las puntasdel Queguay el 11 de abril de 1831, no existen casi detalles. El diario El Universal, publicado en Montevideo, dice brevemente en su edición del 15 de abril: "Estamos informados de que en el día 10 del corriente ha habido una acción en Salsipuedes, entre los Charrúas y la división del inmediato mando de S.E. el Señor Presidente en campaña, en la cual han sido aquellos completamente destruidos". En realidad, no fueron completamente destruidos. Algunos caciques, desconfiados, no acudieron a la cita. Otros indios, muy pocos, pudieron escapar. Los muertos no fueron los cuarenta que consigna el parte de Rivera ni los miles que los charruistás endilgan a las malas artes de] General. Como antes dije, por ese entonces los charrúas eran alrededor de medio millar. Luego de la acción, breve y mortífera, los viejos, niños, mujeres y algunos combatientes fueron tomados prisioneros y conducidos a la capital. Su destino fue sellado por un etnocidio llevado a cabo con habilidosos procederes, que algunos califican como satánicos y otros como humanitarios.

La salida del cuerpo expedicionario a cargo del General Rivera cumplió a cabalidad con sus dos objetivos: terminar con las fecharías de los cuatreros y acabar con los charrúas.

Luego del combate, si así se le puede llamar, se difunde un cuidadoso y hasta elegante parte de guerra, fruto de los buenos oficios de un secretario letrado, cuyo contenido no tiene desperdicio alguno, tanto en lo que trasluce su meditada y elusiva sintaxis como en lo que callan sus calculados silencios.

Vázquez dijo que la inversión extranjera creció 10 veces respecto a los 90


Vázquez comparó ayer que, en la década del 90 (durante el período de gobierno de Lacalle), la inversión extranjera fue de un promedio anual de U$S 135 millones, mientras que en su período de gobierno, sin tomar en cuenta Botnia, la cifra trepó a U$S1.240 millones.

Vázquez realizó en la víspera una documentada exposición sobre la inversión pública y privada en el Uruguay de los últimos 25 años.

El máximo mandatario realizó su ponencia ante medio millar de empresarios argentinos y uruguayos reunidos en el Edificio Mercosur en el marco de la condecoración del empresario argentino, Julio Werthein, ex presidente de la Fundación Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

El evento estuvo precedido de una fuerte expectativa pues Vázquez anunció previamente que aprovecharía la circunstancia para rebatir las declaraciones públicas del candidato nacionalista a la presidencia, Luis Alberto Lacalle, en cuanto a que los empresarios extranjeros deberían esperar a después de la elecciones para invertir en el país. Además, Vázquez invitó a sus ministros a asistir al evento. En ese marco, el mandatario arribó al salón del actos del Edifico Mercosur, puntualmente a la hora 19.30. Saludó a los ministros presentes y también a la fórmula presidencial blanca integrada por Lacalle y Larrañaga. En ese momento y ante decenas de cámaras y periodistas, Lacalle comentó por lo bajo: "veremos qué dicen las fotos mañana".

Durante un discurso de aproximadamente 20 minutos, Vázquez señaló que, históricamente, Uruguay se ha caracterizado por mantener "bajos niveles de inversión y de crecimiento" en comparación con otras naciones del mundo.

Pero remarcó que en los últimos cinco años esta situación "ha cambiado sustancialmente". Acotó que el producto creció fuertemente y por encima del promedio de América Latina, ante un contexto internacional favorable que también lo era para todos los países".

Agregó que también aumentó "notoriamente" la inversión acercándose al promedio de la región, "y se logró atraer inversiones extranjeras directas en magnitudes desconocidas para el país".

El mandatario aseguró que todo ello fue posible porque "se llevaron adelante políticas macroeconómicas sanas que respetaron los equilibrios fundamentales, se realizaron reformas estructurales que contribuyeron a promover el clima de inversión, se realizaron importantes esfuerzos de inversión pública y se atacaron los desequilibrios sociales preexistentes para generar una sociedad más justa en la que todos puedan participar en el crecimiento".

Por otro lado, dijo que se impulsaron cambios sustanciales en materia educativa, lo que a su juicio son "fundamentales para el desarrollo económico en el mediano plazo".

"Todo ello lleva a que podamos ver el futuro con optimismo más allá de la crisis económica internacional", dijo.

El jefe de Estado señaló que durante su administración "se sentaron las bases para que la tasa de crecimiento de la economía uruguaya sea claramente superior a los bajos niveles históricos con la consiguiente generación de empleo y bienestar para los ciudadanos".

Vázquez sustentó su ponencia en una profusa base de datos económicos; en tal sentido dijo que "el ratio de la inversión que fue históricamente bajo en términos del producto en los últimos años, cambió porque la inversión creció a una tasa del 14 % promedio anual". En tal sentido, dijo que pasó del 14,4 % del PBI en 2004 al 18,7 % del PBI en el 2008, "el ratio más alto de los últimos 25 años". Al mismo tiempo, acotó que la inversión privada "se expandió un 76 % entre 2004 y 2008, alentada por la estabilidad y confianza en las políticas macroeconómicas y en un marco de incentivos fiscales tendientes a favorecerlas". Si bien la instalación de Botnia significó un papel "clave" en el desempeño de la inversión, sin considerar la misma, la recuperación fue "extraordinaria, de un 49 %". Vázquez dijo que el estímulo a la inversión fue encarado como "una política de Estado", y subrayó que el "buen clima de negocio se nutre de reglas claras que han caracterizado a Uruguay, como el respeto por los equilibrios macroeconómicos y los esfuerzos por lograr una verdadera estabilidad social". En cuanto a la inversión extranjera directa, dijo, Uruguay ha experimentado un "récord" de crecimiento en los últimos cuatro años, pasando a ser la "quinta economía en América Latina en importancia en cuanto a los flujos de inversión extranjera directa, medida en términos de PBI".

En 2008 ingresaron inversiones por 2.050 millones de dólares siendo seis veces superior a 2004, resaltó Vázquez.

En ese marco, dijo que Botnia significa el 14 % del intercambio de la inversión directa entre 2005 y 2008.

Comparó que "en la década del 90 la inversión extranjera fue un promedio de 135 millones de dólares anuales; entre 2001 y 2004 el promedio anual subió a 350 millones de dólares; y en contraste con ese desempeño, durante este período, dejando de lado a Botnia, esa cifra creció a 1.240 millones anuales y, si se incluye a Botnia, la misma superó los 1.400 millones de dólares anuales".

"Esto constituye una clara confianza en la política económica que el país viene llevando adelante", remarcó.

Al culminar el evento, los comentarios de muchos empresarios argentinos pasaban por la sólida ponencia, seriedad y don de estadista de Vázquez.

Mujica: "hay que tener más votos que el partido rosado"


Nos pasó en Pando, en Ciudad de la Costa y ahora acá", dijo anoche Mujica, en el Club Valle Miñor, antes de comenzar una actividad con las Coordinadoras M y N. "No se puede hacer un activo con una multitud, entre otras cosas, porque no nos vamos más", bromeó ante un público que lo respaldó con una ovación de aplausos.

El candidato presidencial de la izquierda describió con emoción la creciente afluencia de público que fueron concitando los primeros encuentros ya planificados para diseñar el comienzo de la campaña electoral del Frente Amplio hacia las elecciones nacionales de octubre.

El entusiasmo movilizado se despertó entre los frentistas tras la concreción, el sábado pasado, del Plenario Nacional que proclamó, y por aclamación unánime, al contador Danilo Astori como el candidado a la vicepresidencia en la fórmula electoral que encabeza el presidenciable José Mujica.

Al hacer uso de la palabra, un nutrido grupo de militantes frentistas, que desbordaron las instalaciones, la entrada y hasta la vereda del club de Julio César casi Avenida Rivera, Mujica alentó a redoblar esfuerzos para "convencer" a los ciudadanos todavía "vacilantes" y "con dudas".

"La verdadera política para lograr los cambios sociales que necesitan las grandes mayorías llevan tiempo y lucha en la construcción de seres colectivos", explicó Mujica, para quien resulta necesario "movilizar gente hacia un objetivo común". "No se trata sólo de tener algunos votos más que el partido rosado, pero hay que tenerlos", acotó.

El candidato explicó que "el arma más eficaz" es el trabajo político "mano a mano". Admitió también los alcances y los efectos que logra la propaganda a través de los medios de comunicación social y la cartelería callejera, pero advirtió que "ninguna comunicación supera el mano a mano". "No olvidarlo", insistió el veterano luchador social.

Mujica remarcó además la necesidad de que el Frente Amplio sea capaz de adecuar sus estructuras para ampliar y profundizar la participación militante y comprometida en todos sus niveles de decisión y responsabilidad, pero puntualizó que los mayores esfuerzos deben hacerse entre las personas que nunca están en los comités de base.

"Tenemos que convencer a los vacilantes, los que tienen dudas, los que no vienen a los actos, los que nos prestaron el voto", enumeró el candidato antes de llamar la atención sobre la urgencia de propalar un discurso que capte el interés de los nuevos votantes que, dijo, "son jóvenes que no tienen por qué conocer toda la historia" de la izquierda.

En un homenaje a "los militantes anónimos que se las bancaron todas durante cuatro años, sin figurar nunca en los cargos más que en algún puesto de relleno en las listas", Mujica pidió "que nadie se ofenda" si alguno "viene ahora" y tiene la iniciativa de organizar "una casa frenteamplista" por fuera de las estructuras orgánicas del Frente Amplio.

"¡Que vengan más y que sean muchos!", dijo y recibió un fuerte aplauso. El candidato reivindicó la relevancia de las reuniones en las casas de familia, "en el cara a cara que nace de la confianza personal entre la gente", como ámbito adecuado para propalar el mensaje frentista entre todas las personas que todavía continúan sin decidir su voto.

Mujica señaló además que "el Frente Amplio está en un proceso de crecimiento" entre sectores sociales que fueron siempre ajenos a las costumbres militantes de la izquierda. Se trata de "una franja de pueblo muy pobre que nunca nos votó", afirmó el candidato con tono enérgico.

"Tenemos que capacitar la sabiola para chamuyarle en el tronco de la oreja a los que están vacilando", explicitó el candidato. "Tenemos que pedirles a los compañeros de base que tengan un cuadro claro de lo que hizo el gobierno para que se lo puedan transmitir a los demás", arengó Mujica.

"No podemos esperar que todos los uruguayos vayan a los comités de base", exclamó el candidato de la izquierda, y sostuvo que "la casa de todo frenteamplista" puede ser el lugar propicio para concentrar esfuerzos para convencer.

Cuestionó a su vez a los puestos y mesas callejeras que exhiben listas de un único sector. "Tienen que estar todas las listas en todos los puestos", reclamó Mujica, antes de dirigirse a los presentes y pedirles: "no sean sectarios".

No obstante, también convocó a "reforzar los comités de base" a la vez que instó "a los que están peleados a fundar más casas frenteamplistas". Ironizó respecto a los vicios divisionistas de la izquierda y dijo: "el que se rechifla con un sector se va con otro y tal vez vuelva. Pero el que sabe del valor de mantener la unidad sabe que el que se va pierde. Siempre pierde; lo demuestran los hechos".

"¡Cultiven la unidad en la diferencia y el abrazo entre los compañeros!", alentó Mujica, para quien el Frente Amplio tiene amplias posibilidades de crecimiento entre jóvenes que votan por primera vez y muchos ciudadanos blancos y colorados que todavía desconocen las mejoras sociales y económicas a largo plazo que ya inició el actual gobierno.

El candidato reivindicó la intervención del Estado en la relación siempre antagónica entre Capital y Trabajo y dijo que fue necesario que hubiera un gobierno de izquierda para que Uruguay reconociera los derechos sociales de sectores siempre marginados como las trabajadoras domésticas o los derechos laborales de los peones rurales.

Nueva Palmira: puerto boliviano


Nueva Palmira, puerto fluvial uruguayo en la desembocadura de los ríos Paraná y de la Plata, puede convertirse en la puerta principal de Bolivia al océano Atlántico y romper así la dependencia de los puertos chilenos sobre el Pacífico. Esto, además, podría consolidar el mayor proyecto de transporte fluvial en la estratégica región central de Suramérica.

Bolivia y Uruguay esperan concluir, en unos tres meses, un acuerdo bilateral que regule el uso de los puertos de Nueva Palmira y Montevideo para toda la carga boliviana en tránsito a mercados de ultramar o hacia el país. Así lo convinieron los presidentes Evo Morales (Bolivia) y Tabaré Vazquez (uruguay) al término de la visita del gobernante boliviano, el pasado lunes.

"Bolivia quiere reafirmar su vocación marítima abriéndose al Atlántico y entiendo que ése es el principal objetivo del presidente Morales al actualizar las facilidades que Uruguay mantiene para la carga boliviana", explicó el ex canciller y ex embajador, también en Uruguay, Armando Loaiza.

El segundo Gobierno del fallecido Hernán Siles Zuazo (1982-1985) en Bolivia logró una primera concesión en el puerto de Nueva Palmira, que fue ampliada a zona franca durante 20 años en 1993, bajo la Administración de Jaime Paz Zamora, en Bolivia, y Luis Alberto Lacalle, en Uruguay.

Durante los últimos 15 años, este puerto ha estado recibiendo y despachando la carga procedente de la región oriental de Bolivia, principalmente la producción agroindustrial de soja y madera, entre otros productos, en un porcentaje equivalente al 49% del total de las exportaciones bolivianas. El volumen restante sale al exterior a través de los puertos chilenos de Arica, Iquique y Antofagasta.

La vía fluvial desde Puerto Aguirre, construido por el empresario Joaquín Aguirre Lavayén, reduce los altos costos de transporte de productos bolivianos hacia la exportación y se utiliza en sentido contrario para la importación de diésel y otros combustibles venezolanos y argentinos destinados al mercado local que, tras la nacionalización de los hidrocarburos, acusa las carencias en su provisión.

"Las nuevas facilidades que ofrece Uruguay en cuanto al sistema impositivo y la eficiencia de la administración portuaria son, sin duda, claves para el futuro de la carga boliviana", aseguró Loaiza.

Bolivia se apresta a exportar hierro y manganeso de El Mutún, el mayor proyecto minero del oriente, operado actualmente por la empresa india Jindal Steel, por la hidrovía Paraná Paraguay, el primer corredor fluvial norte-sur en el que participan, además de Bolivia y Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay.

De acuerdo a un informe del Tratado de la Cuenca del Plata, del que son socios los cinco países, el actual tráfico de carga por la vía fluvial se incrementará en más del doble en la próxima década, especialmente en productos como la soja y sus derivados, hierro y combustibles. Los cinco países acordaron programas de monitoreo para preservar la calidad del medio ambiente, con especial atención a la protección de la flora y la fauna de esta vía fluvial, que recorre una región de gran valor estratégico por su potencial en materia de biodiversidad y por contar con reguladores acuíferos en El Pantanal.

Desde el término de la guerra con Chile de 1879, Bolivia vive encerrada entre las montañas de los Andes y las selvas de la región amazónica. Mantiene una centenaria demanda de salida a las costas del Pacífico, que le fueron arrebatas entonces, y aunque tuvo una decena de oportunidades para negociar con su vecino chileno todas quedaron frustradas por los acuerdos suscritos entre Chile y Perú, país que también perdió territorio en la misma guerra que libró con su aliado boliviano.

Los tratados suscritos a comienzos del siglo XX permitían a Bolivia utilizar libremente los puertos del norte chileno para el tránsito de su carga de importación y exportación, como una facilidad para paliar el enclaustramiento geográfico al que el país está sometido desde 1879.

Perú ha concedido una zona franca en Ilo, puerto en el sur del país vecino, que Bolivia aprovechó parcialmente debido a la falta de infraestructuras adecuadas, mientras que Argentina otorgó concesiones especiales en Rosario, donde encalló el primer barco boliviano, que fue regalo del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez en 1979.

Los puertos uruguayos de Nueva Palmira y Montevideo facilitarán, con las nuevas regulaciones, la conexión boliviana de ultramar con una importante rebaja en los costos de transporte, el principal factor adverso en la competitividad de precios de los productos bolivianos.

Historia de Cataluña


Habitado ya en época prehistórica -los primeros restos fósiles conocidos pertenecen al Paleolítico Medio-, el territorio catalán fue colonizado por los griegos, los cuales fundaron, hacia el 600 a.C., la factoría de Emporion (Empúries). Ésta y la de Rode (Roses), fueron dos de las colonias griegas más occidentales. La presencia de griegos, fenicios y cartagineses en la costa catalana ejerció una influencia decisiva en la configuración de la cultura de los iberos, nombre que griegos y romanos dieron a los pueblos indígenas del traspaís. Durante las guerras púnicas, Emporion mantuvo una sólida alianza con Roma, y en su puerto desembarcaron los ejércitos romanos de Gneo Escipión (218 a.C.), de Escipión (210 a.C.) y de Catón (197 a.C.), que comenzaron la conquista y romanización de la Península Ibérica.

La romanización, que dejó una fuerte huella en Cataluña, se impuso limpiamente hacia finales del siglo I a.C., cuando ya se había consolidado la penetración de la lengua latina, el sistema legislativo y de las estructuras sociales -o sea, la organización urbana y del campo, conectadas por la red de vías de comunicación. La ciudad de Tarraco (la actual Tarragona) se convirtió en capital de la provincia Tarraconense -que comprendía un amplio territorio desde los Pirineos hasta Cartagena-, y fue uno de los grandes centros políticos y religiosos de Hispania, que mantuvo su importancia -bien visible en los importantes restos arqueológicos conservados- durante el Bajo Imperio. Con el Cristianismo se convirtió en centro de un arzobispado.
El reino visigótico, que sucedió al dominio romano, luchó por mantener las estructuras de un imperio centralizado, con sede en Toledo, pero se acabó con la conquista musulmana de la Península: el 714 se produjo la primera penetración arábico-musulmana en las tierras catalanas. La penetración islámica, que tuvo su techo en Poitiers (732), conllevó la arabización de gran parte de la Península Ibérica, incluida la futura Cataluña. Sin embargo, el territorio fronterizo con el Imperio Franco fue progresivamente conquistado desde el norte. En el 785 la ciudad de Girona se dio a los francos, y en el 801 los carolingios conquistaron Barcelona. Fue precisamente alrededor del condado de Barcelona -cuyos primeros condes fueron francos- donde se aglutinaron el resto de condados pirenaicos, que formaban la llamada Marca Hispánica. A partir de Guifré el Pelós (878-897), el condado de Barcelona se convirtió en hereditario, con lo cual se dio el primer paso hacia la soberanía y la constitución de un Estado catalán.


La formación de Cataluña

El nombre de Cataluña -de etimología incierta, aunque probablemente derivado de "tierra de castillos"- se empieza a utilizar a mediados del siglo XII para designar el conjunto de condados que formaban la Marca Hispánica y que, una vez liberados de la dominación musulmana en el siglo IX, se fueron desvinculando gradualmente de la tutela franca y resultaron soberanos.
Este territorio soberano, conocido como Cataluña Vieja, con una sociedad de carácter eminentemente feudal, inició una importante expansión territorial, que comenzó, en el tránsito de los siglos XI al XII, en tiempos del conde Ramon Berenguer III -el primero en ser llamado monarca de los catalanes-, y en varias direcciones: el levante peninsular, las islas mediterráneas y el norte occitano. Fruto de esta expansión fue la incorporación de la mencionada Cataluña Nueva, al sur y a poniente del río Llobregat y hasta el Ebro, que fue conquistada y repoblada en el siglo XII.
La unión matrimonial del conde Ramon Berenguer IV, de la casa de Barcelona, con Petronila, hija del rey de Aragón, en 1137, posibilitó la formación de la Corona de Aragón y la continuación de la expansión feudal, que empezó por el sur y el poniente musulmán -Tortosa fue conquistada en 1148 y Lleida en 1149.


La expansión medieval

Dominios territoriales catalanes en el siglo XIV, momento de máxima expansión territorial de la confederación catalano-aragonesa. Aparte del Principado de Cataluña, su dominio se extendía al Rosellón, el Reino de Mallorca y el resto de las Islas Baleares, el Reino de Valencia, las islas de Sicilia y Cerdeña y los ducados griegos de Atenas y Neopatria. A mediados del siglo XV se añadiría el Reino de Nápoles.

La gran expansión feudal catalana se da, sin embargo, en el siglo XIII y principios del XIV, con la cual la Corona de Aragón se amplió con los dominios mediterráneos de Mallorca, Sicilia y Cerdeña, además de Valencia. La expansión se inició con el rey Jaume I, que conquistó Mallorca (1229) -de donde expulsó la población musulmana- y Valencia (1238) -territorio al cual se dio el estatuto de reino y que fue repoblado mayoritariamente por catalanes-. Posteriormente, y coincidiendo con el gran desarrollo social y económico de Cataluña en la Edad Media, los dominios catalanes se extendieron por el Mediterráneo hasta Sicilia y Cerdeña.
Paralelamente, y en el tránsito de un sistema feudal a un estado monárquico, se fue configurando un sistema político que tenía como base el pactismo, o sea, la limitación del poder real por parte de las cortes -donde estaban representados la nobleza, la clerecía y la burguesía urbana-. Este sistema constitucional dio lugar a una institución surgida a finales del siglo XIII, la Diputación del General (que, a partir del siglo XVI, fue conocida también como Generalitat), que adquirió progresivamente un papel político.
Sin embargo, a partir de mediados de siglo XIV, se inició una época de crisis demográfica (con el impacto recurrente de la peste), económica y política, que llevará al paroxismo de una guerra civil a mediados del siglo XV.


La unión dinástica con Castilla

En 1469, el matrimonio del rey Ferran II de Aragón con Isabel de Castilla, llamada la Católica, propició el camino hacia una monarquía hispánica, a pesar de que durante siglos Cataluña mantuvo su condición de Estado, de soberanía imperfecta, pero con sus instituciones propias y con la plena vigencia de sus constituciones y derechos.
Debilitada demográfica y económicamente, y con una monarquía absentista desde la unión dinástica con Castilla, en los siglos XVI y XVII Cataluña vivió un período de decadencia, en oposición al llamado "Siglo de Oro" castellano que siguió a la conquista de América. Las pretensiones unificadoras de la monarquía hispánica estuvieron en la base de un nuevo conflicto de Cataluña con el rey, el levantamiento secesionista conocido como Guerra de los Segadores (1640-1659). El Tratado de los Pirineos (1659), que puso fin a esta guerra, sancionó sin embargo la anexión de los condados de Rosellón y Cerdaña a la monarquía francesa, mientras que las instituciones políticas catalanas pasaron a ser fuertemente controladas por la monarquía hispánica.

1714: Cataluña dentro de la España moderna

En la Guerra de Sucesión, un conflicto de ámbito europeo en el que estaba en disputa la sucesión a la corona española, Cataluña se puso mayoritariamente del lado del pretendiente austriaco como forma de mantener sus constituciones, en lo que fue conocido internacionalmente como el 'caso de los catalanes'. El día 11 de septiembre de 1714, sin embargo, Barcelona se rindió a las tropas del pretendiente francés. El Tratado de Utrecht, con el cual se puso fin a la guerra, significó la entronización en España de la dinastía francesa de los Borbones en la persona de Felipe V. Este rey, nieto de Luis XIV, instauró un sistema absolutista de gobierno que comportó, en los territorios de la antigua Corona de Aragón como Cataluña, la liquidación de las instituciones y del sistema constitucional propios mediante el llamado Decreto de Nueva Planta (1716). Cataluña dejaba de tener un estado propio, y se integraba definitivamente a la monarquía española.
La Nueva Planta significó también la sustitución de la lengua catalana por el castellano en todo el ámbito público: la administración, la enseñanza, etc. Ello comportó un declive de la lengua -mantenida sin embargo en el ámbito familiar- y de la cultura catalanas, del que no saldría hasta la llamada Renaixença del siglo XIX. En el terreno económico, y una vez superados los efectos de la guerra y de la ocupación militar, Cataluña experimentó un progresivo proceso de desarrollo agrario, comercial y manufacturero, que puso las bases para la industrialización del siglo siguiente.



Una sociedad industrial

Colonia industrial de Terrassa

En el siglo XIX, Cataluña se convirtió en la región más industrializada de España: se ha podido afirmar que Cataluña era la fábrica de España. Este desarrollo industrial -que se basó en el textil, el sector claramente hegemónico- tuvo lugar entre el año 1833, en el que empezó a funcionar en Barcelona la primera fábrica mecanizada movida con vapor, y vísperas de la Primera Guerra Mundial, momento en el que la economía catalana ya se podía considerar plenamente industrial.
La industrialización dio lugar a una nueva sociedad, diferenciada del resto de España, con un grado creciente de conflictividad social y con una desavenencia también creciente respecto del Estado español, que se consideraba incapaz de responder a los intereses de una sociedad como la catalana. Ello comportó que a lo largo del siglo XIX, y a partir del recuerdo del esplendor medieval y de las libertades perdidas, fuesen sucediéndose los movimientos que propugnan el reconocimiento de la personalidad catalana, que van del particularismo de principios de siglo hasta diversas formas de federalismo y de regionalismo. Esta reivindicación se vio impulsada, desde mediados de siglo, por el resurgimiento de la cultura y de la lengua catalanas propugnadas por lo que se conoció como Renaixença.


El catalanismo: de región a nación

La Renaixença fue, al principio, un movimiento cultural, histórico-literario, que perseguía, en la estela del Romanticismo europeo, la recuperación de la lengua y la literatura propias. Con el tiempo, y particularmente a raíz de la Revolución de 1868 y de su fracaso, el movimiento adquirió un cariz claramente político, orientado a la consecución del autogobierno para Cataluña en el marco del Estado liberal español.
En el último tercio del siglo XIX, el catalanismo fue formulando sus bases doctrinales, tanto en el campo progresista como en el conservador, al mismo tiempo que empezaba a establecer los primeros programas políticos (como las Bases de Manresa, 1892) y a generar un amplio movimiento cultural y asociativo, claramente reivindicativo.
En 1898, España perdió sus últimas posesiones coloniales en Cuba y Filipinas, lo cual no sólo conllevó una crisis de confianza importante, sino que impulsó decisivamente el catalanismo político. En 1901 nació la Liga Regionalista, el primer partido político moderno en Cataluña y España, que en el año 1907, en coalición con otras fuerzas catalanistas (de los carlistas a los federales), agrupadas en la denominada Solidaridad Catalana, ganó las elecciones con el programa regionalista que Prat de la Riba había formulado en "La nacionalitat catalana" (1906).
A pesar de todo, las tensiones sociales -puestas de manifiesto con la creación, en el mismo 1907, de la Solidaridad Obrera- persistieron, y dieron lugar a la rebelión popular de la Semana Trágica (1909) y en el año siguiente a la fundación de la CNT, el sindicato de tendencia anarcosindicalista que fue absolutamente predominante en el primer tercio del siglo XX.
El catalanismo político logró en 1914 la creación de la Mancomunidad, primer ensayo de autogobierno, al cual puso fin la dictadura del general Primo de Rivera (1923). La proclamación de la Segunda República, en 1931, volvió a dar la autonomía a Cataluña, lo cual permitió la recuperación de una institución propia de autogobierno, que llevaría el nombre histórico de la Generalitat y al inicio de un periodo, dramáticamente corto, de recuperación de la normalidad democrática y cultural, que se vio interrumpido por el estallido de la Guerra Civil Española.


El franquismo

En el invierno de 1939 Cataluña fue ocupada por el ejército franquista. La victoria del bando llamado nacional y la dictadura que instauró el general Franco comportó, en toda España, el exilio, la muerte y la represión de numerosos militantes republicanos y de los partidos y sindicatos obreros. El nuevo régimen suprimió inmediatamente el Estatuto de Cataluña, reprimió toda manifestación de catalanismo y prohibió el uso público de la lengua catalana. En 1940, el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, capturado en Francia por los nazis, fue entregado a las autoridades franquistas y fusilado en Barcelona.

Después de una larga y dura posguerra, caracterizada por el clima de represión política y social y de atraso económico y cultural, la España franquista experimentó, a partir de la coyuntura de 1959 y pese a las condiciones políticas adversas, un periodo de expansión económica, que fue determinado por la inserción tardía, aunque rápida, de España en general y de Cataluña en un desarrollo europeo más amplio, correspondiente a lo que se ha llamado los 'treinta años gloriosos' (1945-1975).
En este periodo, Cataluña experimentó un gran incremento de la población, que pasó de 3 a 6 millones de habitantes entre 1950 y 1980. Este enorme salto demográfico, que fue posible gracias a la existencia de una industria que necesitaba mano de obra, fue posible por la aportación migratoria de gentes venidas, fundamentalmente, del sur de España. Esta aportación demográfica ha configurado, de una forma decisiva, la sociedad catalana actual.
Democracia, autonomía e integración europea

A la muerte de Franco, en 1975, España evolucionó hacia un estado democrático y autonómico, definido en la Constitución de 1978. En 1977 fue restablecida de forma provisional la Generalitat de Catalunya, en la persona de su presidente exiliado, Josep Tarradellas, regresado a Barcelona en octubre de ese año. En 1979 se aprobó elEstatut d'autonomia de Catalunya, que permitía el restablecimiento del autogobierno. En 1986 España se integró dentro de la Unión Europea, dentro de la cual Cataluña propugna el reconocimiento del papel de las regiones como motores del desarrollo económico y del bienestar social. En el periodo 1980-2003, caracterizado por el desarrollo autonómico, gobernó la coalición Convergència i Unió (CiU), encabezada por el presidente Jordi Pujol. En 2003, Pujol fue sucedido por Pasqual Maragall, con un gobierno tripartito (PSC-ERC-ICV), que impulsó la reforma delEstatut d'autonomia de Catalunya para amoldarlo a la nueva realidad catalana. Este nuevo estatuto entró en vigor el 9 de agosto de 2006. El noviembre del mismo año, José Montilla sucedió Maragall como presidente de la Generalitat de Catalunya.

Cataguaya: Margarita Xirgu


Margarita Xirgu Subirá o Margarida Xirgu Subirà (18 de junio de 1888, Molins de Rei - 25 de abril de 1969, Montevideo) fue una consagrada actriz española asociada especialmente con las obras de García Lorca. Exiliada durante la dictadura franquista, tomó la nacionalidad uruguaya.

Comenzó su labor como actriz en grupos de aficionados desde niña y debutó profesionalmente con la Compañía de Josep Santpere. En 1910 formó su propia compañía, y estrenó, entre otras, las obras Andrónica y La reina joven en el Teatro Romea de Barcelona, lo que le granjeó un gran prestigio en la escena catalana.
Entre 1909 y 1916 intervino en algunas películas, y tras esa experiencia no volvió a ponerse ante una cámara más que en una ocasión, en 1938 con el filme argentino Bodas de sangre.
En 1914 dio el salto a Madrid, donde trabajó en el Teatro Español, interpretando obras de Valle-Inclán, George Bernard Shaw, Gabriele D’Annunzio, Alejandro Casona y Federico García Lorca, del que fue asidua colaboradora, pues el poeta de Fuente Vaqueros estrenó casi todas sus obras importantes con ella: Mariana Pineda, con decorados de Salvador Dalí (1927); La zapatera prodigiosa (1930), Yerma (1934), Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores (1935) y el reestreno de Bodas de sangre (1935), con escenografía de Caballero.
En 1933 consiguió actuar en el Teatro romano de Mérida, marcando el comienzo del Festival de Teatro Clásico de la localidad.
Exilio en Sudamérica
Poco antes del inicio de la Guerra Civil Española emprendió una gira por Sudamérica con obras de Lorca. Con el triunfo franquista en 1939 se exilió viviendo tanto en Chile como en Uruguay y en Argentina. En 1945 estrenó en Buenos Aires el último drama de Lorca, La casa de Bernarda Alba.
En Montevideo representó obras de autores españoles y obtuvo el cargo de directora de la Escuela Dramática Municipal en 1949. Junto a ella se formaron actores de la talla de Amelia de la Torre, Cándida Losada, Enrique Diosdado y Alberto Closas. Actuó y dirigió en la Comedia Nacional Uruguaya en el Teatro Solís de Montevideo a la joven China Zorrilla en Romeo y Julieta, Sueño de una noche de verano y Bodas de sangre.
Obtuvo la nacionalidad uruguaya, compró una casa en el balneario de Punta Ballena - en el departamento de Maldonado - y permaneció en Uruguay durante sus últimos veinte años de vida. En Montevideo la Escuela Municipal de Arte Dramático(la cual dirigió desde su fundación en 1949 hasta 1957) lleva su nombre.
En 1988, diecinueve años después de su muerte, la Generalidad de Cataluña reclamó la repatriación de sus restos mortales, que actualmente descansan en su lugar de nacimiento.

Historia del Mate


Esta típica costumbre de los países de la cuenca del Río de la Plata.

Esta infusión fue utilizada originariamente por los indios guaraníes, quienes utilizaban la yerba mate. Los Jesuitas, que se establecieron en la zona que hoy ocupa la provincia de Misiones, mejoraron su cultivo, por lo que allí se ubican los mejores yerbatales.

Actualmente la yerba (hoja de yerba mate picada) se puede adquirir en paquetes de 1/2 y 1 kilo, y en la región productora, fraccionada en bolsitas.

El recipiente en el que se ceba el mate, es el "mate", que puede ser el tradicional, hecho de calabaza curada, o un jarrito de loza o enlozado, o madera. La infusión se toma con bombilla, y se puede cebar dulce o amargo. El recipiente que contiene el agua para la cebadura es la pava, cuya agua se considera "a punto" unos grados anteriores a la ebullición. Si el agua hierve, no sirve para el mate. Esta costumbre es bien hogareña en Argentina, aunque se ha popularizado, y actualmente hay lugares en donde se usan termos, para trasladarse con el equipo de mate, para tomarlo en cualquier lugar u ocasión.

EL SIGNIFICADO DEL MATE:

El compartir el mate es uno de los símbolos sudamericanos de comunicación. Hay gente que ha adquirido el "arte de cebar mate" y cada uno le introduce ciertas variantes propias de su gusto particular. A ese modo de cebar se le han adjudicado significados diversos, por demás simpáticos:

Mate amargo: simboliza la fuerza, el valor y la vida.

Mate dulce: (Y espumoso) significa amistad, cariño.

Mate muy dulce: (Cebado por una mujer a un hombre) es muestra de amor, y de interés en llegar al casamiento.

Mate muy dulce y caliente: (Cebado por una mujer a un hombre) Es muestra de amor ardiente, pasión.

Mate lavado: Demuestra desprecio.

Mate con el aditivo de canela: Envía el mensaje de interés por el otro ("Pienso en vos").

Mate con cáscara de naranja: Está significando "Te esperaré".

Mate largo: Indica desinterés o despreocupación por la persona a quien se le ceba.

Otros términos usados:

Cimarrón: Mate amargo

Largo: mate con muy poca yerba.

Ensillado: Mate preparado y listo para cebar.

"No te vayas rengo": No tomar un sólo mate al pasar por algún lugar. Por lo menos saborear dos.

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EL MATE COCIDO:

Otra de las infusiones propias de la zona rioplatense es el mate cocido. Se prepara en una lechera con 1 1/2 litros de agua y unos 50 g. de yerba mate. Se coloca al fuego hasta hervir. Luego se lo cuela y se puede tomar caliente o frío, endulzado con azúcar, y también puede servirse acompañado con leche (mate cocido con leche).

EL MATE DE LECHE:

Hay gente , y especialmente los chicos, que toman el mate reemplazando el agua por leche, generalmente dulce.

INDUSTRIALIZACIÓN DE LA YERBA MATELa mayor parte de la industria agrícola misionera se basa en la producción de la yerba mate. La calidad del procesamiento es decisivo para que el producto mantenga inalterables sus cualidades.

La infusión de yerba mate es rica en vitaminas, en fósforo, hierro y calcio.

Es una bebida más económica y más estimulante y refrescante que otros jugos de consumo mundial.

Hay en la zona misionera, quienes llaman el oro verde a la yerba mate.

Las etapas de la industrialización de la yerba mate son:

  • Corte mecánico o a mano.
  • La quiebra.
  • El sapecado (a fuego vivo).
  • La secanza (a cinta, con tubo rotatorio o barbacuá).
  • El canchado (Primera molienda o molienda gruesa).
  • El estacionamiento.
  • La molienda fina.
  • El envasado.

Los dos primeros pasos se realizan en el mismo yerbatal, y los siguientes en establecimientos industriales situados generalmente cercanos al lugar.

Se denomina "urú" a la persona encargada de remover constantemente la masa de hojas que se secan en la barbacuá.Se llaman "guainos" los ayudantes del urú en las labores del secado en la barbacuá.

Su nombre científico es Ilex paraguayensis.

En el litoral argentino y en Paraguay se toma el tereré, vocablo guaraní que significa mate frío.Su efecto estimulante se debe a su contenido en teína, cuya acción es idéntica a la de la cafeína.

Se llama "porongo" en la zona de Corrientes a una calabaza en forma de pera más grande, con cuello, que curada, sirve para ser el recipiente del mate.